Las cosas están cambiando en nuestros centros de trabajo. Ya no solamente hay flexibilidad para ir a la oficina o quedarse en casa, sino que se están planteando nuevos desafíos. Uno de los más interesantes es la posibilidad de implantar la jornada laboral de cuatro días, algo que supone todo un reto de cara al futuro.
Y, es precisamente en este marco donde hallamos la nueva propuesta del Ministerio de Industria. Este organismo ha dado luz verde a la implantación de la jornada laboral de cuatro días en 150 empresas de todo el territorio nacional. Así, se abre el debate sobre este nuevo modelo laboral al que se le presuponen, tanto ventajas, como inconvenientes para todas las partes implicadas.
El plan que se impulsa desde la cartera que dirige Reyes Maroto, destinará un total de 10 millones a esta experiencia piloto. Los primeros resultados sobre el experimento de instauración de las 32 horas semanales como pauta no se conocerán hasta 2023, ya que el programa comenzará en los próximos meses.
¿Es la jornada laboral de cuatro días una apuesta de futuro o solo un experimento?
La pandemia ha modificado la visión que se tiene sobre la presencialidad en las oficinas. Desde entonces, los cambios en los entornos de trabajo están a la orden del día y, ahora, se cuestionan aspectos que, antes, eran impensables. Aunque la jornada laboral de cinco días sigue siendo el paradigma, trabajar cuatro días por semana ha dejado de ser una quimera.
“La COVID19 forzó la situación y se demostró que el teletrabajo funciona y que hay tecnología para facilitar su implantación. Desde entonces, los empleados están demandando una flexibilidad que antes no existía porque saben que es viable y que nadie pierde con ello”, mantiene Miguel Ángel Orellana, CEO y fundador de Bookker. “Es, por tanto, un cambio cultural que ha sido posible gracias a que la tecnología estaba disponible para ello”, sentencia.
La idea puede parecer nueva, pero lo cierto es que ya se había planteado, varias veces, en el pasado. Los primeros en hacerlo fueron los políticos franceses Jacques Delors y Gilles de Robien, intentando dar respuesta a la necesidad de reducir la alta tasa de paro que azotaba al país vecino.
En España, hubo que esperar hasta 2013 para escuchar a una figura de primer nivel posicionarse a favor. Fue el ex ministro socialista Alfonso Guerra quien propuso la semana laboral de cuatro días como fórmula para combatir la crisis económica iniciada en 2008.
Otros líderes de opinión han ido más lejos: consideran que hay que reducir aún más el tiempo dedicado a trabajar. Este mismo año, el magnate mexicano Carlos Slim ha propuesto un modelo de 36 horas semanales, repartidas en tres jornadas de 12. La contrapartida de la idea del dueño del Grupo Carso es aumentar la edad de jubilación hasta los 75 años.
¿Cuánto cobraré si trabajo cuatro días a la semana?
El gran interrogante sobre la que podría ser una nueva realidad en nuestros centros de trabajo es si el poder adquisitivo de los empleados se verá mermado. Las iniciativas puestas en marcha antes del proyecto del ministerio de Industria se han posicionado en varios frentes:
- Optar por mantener el salario de los trabajadores a pesar de trabajar cuatro horas a la semana. En este grupo, encontramos la iniciativa pionera de la empresa jienense Software DelSol que, en 2020, apostó por reducir la jornada y mantener el salario con notables resultados en términos de productividad laboral.
- Realizar una rebaja directamente proporcional o similar, ponderando en favor del asalariado, para compensar las horas que se dejan de producir. La mayoría de los que se decantaron por este modelo han fracasado, determinados, en gran medida, por la pérdida de poder adquisitivo causada por la alta inflación y la coyuntura económica mundial.
- Un modelo híbrido de 36 horas semanales en el que se deja a opción del trabajador el poder elegir. Puede repartirlas a lo largo de cinco días, en jornada intensiva, o cuatro, en la modalidad de jornada partida.
El papel fundamental de la tecnología de cara a la jornada laboral de cuatro días
La puesta en marcha de una semana laboral de cuatro días traerá consigo importantes novedades. Una de las más destacables será el cambio de la relación entre empleados y sus entornos de trabajo, que deberá ser más dinámica y flexible en este nuevo escenario.
La optimización de los espacios laborales tendrá una importancia vital en esta nueva pauta laboral y la tecnología será fundamental en esta misión. Al reducirse notablemente las horas de trabajo totales de las empresas que apliquen la jornada de cuatro días, es totalmente necesario apostar por la eficiencia y simplicidad.
Miguel Orellana apunta a dos tipos de soluciones tecnológicas a implementar en el marco de la jornada laboral de cuatro días:
- Por un lado, aquellas que permiten poder trabajar desde casa con la misma eficacia y seguridad que desde la oficina, es decir, soluciones de comunicación y seguridad. Pero, además, han tomado fuerza las que tienen que ver con la colaboración.
- Por otro, el hecho de que haya movilidad de empleados y que las oficinas deban redimensionarse (ahora no tiene sentido tener un puesto fijo por empleado) obliga a tener un control de los recursos con los que cuenta un empleado, como salas y puestos de trabajo, pero, además, surge la posibilidad de abrir la disponibilidad de parking a los empleados, democratizando su uso.
Gestionar espacios de trabajo en el nuevo paradigma será un reto para el que las empresas necesitarán apoyos externos. Para poder funcionar bajo este nuevo sistema, la tecnología de realidad aumentada permitirá a las empresas organizar de forma provechosa todos los recursos físicos de los que dispone.
Las empresas pueden “racionalizar los recursos y democratizar su uso permitiendo la generación de eficiencias en costes con ahorros en inmobiliario con Bookker. Además, es posible generar una mejor experiencia del empleado facilitando la reserva y ocupación de los recursos que necesite de una forma sencilla, rápida y visual para que no pierda el tiempo”, apostilla Orellana.
El cambio es radical, ya que, según el fundador y CEO de Bookker, “con una jornada de cuatro días ya no hay necesidad de tener puestos fijos para cada empleado. Hay que optimizar los recursos de la empresa y evitar excesos de aforo en nuestros centros de trabajo”.
Aplicaciones de la Realidad Aumentada
Para Miguel Ángel Orellana, “todo proceso de digitalización pasa en mayor o menor medida en una interacción con los usuarios. Si en estos procesos no se pone foco en su experiencia, la adopción del nuevo proceso digitalizado será más lenta o incluso fallida”.
“La realidad aumentada es una tecnología que permite mejorar la experiencia de los usuarios creando interfaces que les facilitan el acceso a la información de forma visual e inmediata. Hay que tener en cuenta que los nuevos empleados son ya nativos digitales y buscan precisamente esa interacción más atractiva y tecnológica”, continúa.
En este sentido, el CEO y fundador de Bookker cree que “la virtualización del puesto de trabajo es una realidad y las herramientas que lo permitan serán facilitadores de dicha evolución”.
“La Realidad Aumentada y Mixta es ya una tecnología madura que está buscando esos casos de uso diarios donde aportar valor y, como hemos hablado, en todo lo que tenga que ver con la experiencia e interacción de los usuarios con esos escenarios virtuales serán una realidad en los próximos años”, considera Orellana.
Pros y contras de la semana laboral de cuatro días
En los últimos meses, el debate sobre la jornada laboral de cuatro días ha estado más candente que nunca. No solamente por la subvención del Ministerio de Industria a 150 empresas para hacerla andar. Las declaraciones de Elon Musk afirmando que el mínimo exigible son 40 horas de forma presencial también han dado de qué hablar.
Las conclusiones del proyecto de Industria todavía tardarán en materializarse. Aún así, los expertos ya se atreven a anticipar una serie de puntos a favor y en contra de la semana laboral de cuatro días en España.
Beneficios
- Conciliación. Trabajar ocho horas menos a la semana permitiría a los empleados disponer de más tiempo libre.
- Flexibilidad. Los trabajadores podrían elegir libremente la distribución de sus 32 horas laborales a lo largo de la semana.
- Productividad. Experimentos previos han demostrado que el rendimiento de los trabajadores no se ve afectado, sino que aumenta.
- Retención del talento. Las compañías que se acojan a esta experiencia tendrían más facilidad para mantener a sus empleados más valiosos en plantilla.
- Ecología. Los desplazamientos hacia los centros de trabajo descenderían y se reducirían las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera.
- Reducción de costes. Las empresas necesitarían de menos infraestructuras para llevar a cabo su actividad.
Desventajas
- Recorte salarial. La posibilidad de bajar los sueldos está ahí. Quedaría en manos de las compañías la decisión sobre si mantener el salario o no hacerlo.
- Difícil ajuste. El cambio de paradigma supondría todo un desafío en empresas con escaso nivel de implantación tecnológica.
- Pérdida de competitividad. Algunas compañías podrían acusarla frente a otras en las que se trabaje cinco días.
- Estrés laboral. Muchos empleados se verían obligados a realizar el mismo trabajo en mismas horas para compensar las ocho horas semanales que se descuentan de su semana.
Una mirada al futuro
Determinar si la implantación de la jornada laboral de cuatro días en España es un éxito o un fracaso, en estos momentos, es todavía aventurado. Los informes del Ministerio de Industria y las propias conclusiones de las empresas que la implanten serán determinantes a la hora de emitir un veredicto.
La tecnología tendrá mucho que aportar en este escenario de cambios que se avecina, en el que los entornos de trabajo han dejado de ser estáticos y es necesario, más que nunca, apostar por sistemas de organización eficaces y dinámicos.
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