El pasado año 2020, ha revolucionado la cultura y las relaciones laborales. Y es que hemos cambiado los cubículos y las salas de reunión, por conciliar la vida laboral desde casa, con familiares y mascotas colándose en el fondo de nuestras reuniones de zoom. Esto exige mucha más flexibilidad por parte de las empresas.
Dentro de la incertidumbre, las empresas se han visto empujadas a reformular su modus operandi y, para muchas, la opción telemática ha sido la única vía para poder seguir desarrollando su actividad con cierta normalidad. Este contexto ha abierto nuevas posibilidades, ha impulsado la innovación y ha puesto en marcha, de forma acelerada, un desarrollo que España habría tardado algunos años en asentar.
En este impasse, aparecen nuevas formas de concebir las relaciones laborales; mucho más empáticas y flexibles. ¿Qué debemos potenciar de aquí en adelante?
Empresas híbridas
El teletrabajo ha llegado para quedarse. Los retos que aparecen tienen que ver con la gestión de los equipos. Un futuro que se dibuja combinando creatividad, flexibilidad e innovación.
Los modelos híbridos favorecen la libertad de decisión en cuanto a dónde, cómo y cuándo trabajar, respirando de las tradicionales dinámicas de control entre empresa y trabajador. Este planteamiento ofrece la oportunidad de acudir a la oficina en momentos puntuales o ciertos días a la semana. Si bien un modelo híbrido requiere de inversión tecnológica, reduce, a su vez, costes estructurales como pudieran ser el alquiler de las oficinas, los seguros o el mantenimiento de las mismas.
Aunque se mantengan los espacios físicos, la tendencia es que se produzcan algunos cambios como la simplificación y reinvención de las oficinas, atendiendo a sus características y demanda. Hay empresas que van más allá y confían soluciones como las que ofrece la tecnología de Bookker para la gestión eficiente de los espacios de trabajo, incrementando y mejorando su rendimiento.
Si podemos medir, reservar y distribuir las distintas áreas a conveniencia, podremos invertir nuestro tiempo de una manera mucho más inteligente y eficaz.
La flexibilidad es la clave
Conciliar la vida personal y laboral es una de las tareas más complejas y estresantes a la que los trabajadores deben hacer frente. La nueva normalidad ha sido el escenario perfecto para poner de manifiesto esta situación. Es vital empatizar con la situación de cada empleado y adaptar los ritmos y horarios a sus necesidades. Permitir una autogestión del tiempo en una estructura más flexible, mejora el ánimo de los trabajadores y reduce el estrés.
Ofrecer opciones flexibles, favorece la productividad y evita el agotamiento. Todas estas ventajas, se traducen en mejores resultados para las empresas que se nutrirán de un equipo más comprometido, que se siente a gusto al poder compaginar su vida personal con el trabajo.
No obstante, para que un modelo híbrido y flexible sea efectivo, la comunicación con los trabajadores debe ser transparente y fluida. Un canal abierto.
Deslocalización de los empleados
Se trata de otra de las patas que sigue a los modelos híbridos y la flexibilidad laboral. Si se desarrolla una cultura del trabajo a distancia, la localización geográfica se desdibuja y permite acceder al talento allí donde se encuentre, sin encadenarlo.
Que los trabajadores puedan decidir dónde trabajar, aumenta la satisfacción de los mismos con su entorno laboral. Podemos imaginarnos a un individuo que decide viajar y compaginar su estilo de vida nómada, con su trabajo o a otro que, por el contrario, no se ve en la necesidad de romper con su lugar de origen y círculo social, para acceder a un área metropolitana donde hay más demanda de trabajadores.
Experiencias de trabajo más humanas
La experiencia del trabajo debe evolucionar. Potenciar la tecnología y la innovación y guiarlas a través de nuevos métodos de gestión, son ingredientes esenciales para mejorar la satisfacción de los empleados. La tecnología debe utilizarse para involucrar a los trabajadores, facilitar la comunicación y acompañarles durante toda su relación laboral; desde su adhesión a la empresa, hasta la promoción interna.
Es importante invertir en tecnología y en formación para los trabajadores, ya que serán quienes expriman estas herramientas y las lleven a su máximo rendimiento. Se construye, sumado a todo lo anterior, una experiencia mucho más dinámica y constructiva, con trabajadores más motivados, más integrados en la cultura empresarial y más satisfechos con su puesto de trabajo.
Liderazgo empático
La realidad vivida ha desarrollado el rol del líder, que se transforma en una figura más cercana y consciente de las necesidades de su equipo.
El teletrabajo, consecuencia de la pandemia mundial, ha estrechado las relaciones laborales al irrumpir en los domicilios y entornos de los trabajadores. El liderazgo se abre y, además de buscar alcanzar resultados, adquiere un matiz mucho más humano y empático.
Esta conexión permite una autoridad basada en la confianza y el respeto, donde el líder actúa de guía y sirve canalizador entre la cultura corporativa y los individuos que la componen.
¿Qué podemos destacar?
El covid ha puesto patas arriba la estructura laboral imperante hasta el momento. Sin embargo, tras un año de experiencia y creatividad, cabe subrayar la capacidad de reinvención y reciclarse de trabajadores y empresas.
- Los modelos híbridos consiguen aunar lo mejor de ambos mundos si se mantiene una comunicación transparente y se plantea una gestión eficiente de equipos y espacios.
- La flexibilidad permite a los trabajadores decidir sobre su tiempo y conciliar con la vida privada.
- Tecnología y formación van de la mano a la hora de innovar y desarrollar la forma de trabajar. Siempre ha de hacerse pensando en el trabajador.
- La evolución del liderazgo mejora la relación entre los trabajadores y la empresa, en un formato más cercano y empático.
Todos estos elementos plantean un escenario lleno de oportunidades, como la posibilidad de promocionar el talento, establecer vínculos más fuertes y mejorar la satisfacción y la experiencia de los empleados, ganando equipos más comprometidos y en sintonía con su entorno laboral.